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viernes, 18 de septiembre de 2020

HISTORIA DE VIDA: FLORA SANHUEZA REBOLLEDO


HISTORIA DE VIDA: FLORA SANHUEZA REBOLLEDO

Historia de vida: Flora Sanhueza Rebolledo

Su lucha Social en Iquique (1942 - 1974)

Gaspar García N. y Leyla Morales M.

Universidad Arcis 2007

CONTENIDO:

 “Los caminos que recorre la memoria para ser parte de la historia” Presentación de Flora en “Sociedad”

 “Escuelas Libertarias”

 Louise Michelle, la inspiradora. Iquique su tierra

 Flora Sanhueza una mujer con rostro y corazón en nuestra Historia Bibliografía

“Los caminos que recorre la memoria para ser parte de la historia”

La memoria nos conduce a lugares y situaciones que unen y entremezclan sentimientos, sensaciones, pasiones, recuerdos, amores y odios, que a su vez le dan una connotación subjetiva a la historia que parece no serlo. Es en este frágil camino en donde la memoria se hace historia y la historia memoria,formando un todo permanente que le otorga el privilegio de “hacer historia” a miles de hombres y mujeres que hasta hoy se nos presentan como ausentes, como anónimos trozos de la historia de su pueblo.

Este es el caso de Flora Sanhueza Rebolledo, quien a través del testimonio oral de uno de sus hijos, revive, para “relatarnos” y revelarnos su historia, que es la historia de muchas mujeres que como ella, forman parte sustancial de nuestro pasado, presente y futuro. Este trabajo es el digno intento de un hijo por transmitir la vida de su madre, tomando como fuente los recuerdos que alberga su memoria y utilizando como medio y don la palabra, es así, de esta manera como Héctor Pavelic Sanhueza, hace patente y nos ayuda a reforzar la idea de que cada pedazo de historia individual, cada subjetividad contribuye en la construcción de lo que llamamos memoria histórica de un pueblo, ya que, es imposible disociar al sujeto de su pueblo, de las relaciones sociales que en el se dan y que lo golpean, lo hacen participe de procesos, rupturas, cambios, coyunturas, etc., en suma afirmamos que Flora es uno de los miles de sujetos anónimos insertos al interior de la disputa, por la construcción de una conciencia nacional histórica y representativa.

Ahora bien, ¿cómo historiar, como hacer historia de vida de quien ha muerto? ¿ Es viable o nos conduce a un sin numero de errores, pretender rescatar los recuerdos de otro? ¿Qué tan fidedigno es el testimonio de ese otro?. Creemos que es un tarea compleja, pero ¿qué rescate de recuerdos, olvidos y testimonios orales no lo son?, ya sabemos de sobra la compleja relación que ha existido desde siempre entre la historia y la memoria y como no, los cuestionamientos y prejuicios con los cuales se ha tratado al testimonio oral, hasta hace poco. Por lo mismo en este trabajo intentaremos dar una mirada desprejuiciada a las problemáticas tradicionalmente planteadas, en consecuencia, validamos el testimonio que hemos recogido en los recuerdos de un hijo hacia su madre, además de no olvidarnos de contar, con el consiguiente apoyo y refuerzo de las tan “queridas” fuentes escritas.

Apuntamos con esta entrevista al rescate de la memoria histórica de Tito, reconociendo e identificando algunas de las limitantes que poseen la oralidad y la memoria como fuentes para la historia, como son la reinterpretación de los recuerdos a través del tiempo y como consecuencia de esto, identificamos que existe en muchos de estos casos una tendencia asociada al fenómeno de la idealización de los seres queridos post mortem, sin embargo, no son estos los elementos que serán objeto de nuestro análisis, considerando que la connotación que a nuestro juicio posee el valor testimonial de Tito, esta relacionado a la importancia de Flora como un sujeto social vivo, con ideales y convicciones propias en un contexto muchas veces adverso y de que manera es posible “reivindicar” su rol como mujer, madre, esposa, hija, compañera y libertaria, en nombre de un pueblo anónimo que “reclama” su lugar como creadores de la Historia que se escribe con MAYÚSCULA.

Presentación de Flora en “Sociedad”

Esta entrevista se enmarca dentro de encuadres metodológicos que sugieren una entrevista en profundidad, semi-estructurada, en donde se centra la atención en el relato que el sujeto histórico realiza sobre su madre en un contexto socio-histórico en donde es posible mantener un recuerdo mas

“definido y claro”, a partir de la década del 40´ o 50´. Si bien se establecen tres grandes áreas para abordar en la entrevista (“Presentación en sociedad”,

“Escuelas Libertarias” Y “El Quiebre”), se pone el énfasis en las dos ultimas, ya que, a nuestro juicio engloban la temática planteada en la presentación de este trabajo, en cuanto el rescate de la memoria histórica en Flora y su identificación con el devenir histórico de Chile.

“ Flora para mi… es un poco todo, es la mujer que me ha dado la vida, que me impregno de una moral, de un deseo de libertad de amar al  prójimo no en el sentido cristiano que antes se hablaba, sino en el sentido del respeto por el ser humano, bajo esos principios fundamentales que son el apoyo mutuo y el respeto mutuo, que han sido dos de los elementos fundamentales en mi vida y en mi conducta.”

Flora Sanhueza Rebolledo, nacida en el año 1911 en el seno de una familia que abrazaba el pensamiento libertario, llega a Chile desde España a la edad de 7 años. Ella y su familia se instalan en Iquique, mas específicamente en Pisagua y es aquí en este retirado lugar del norte de Chile en donde se comienza a forjar la personalidad dulce, decidida, con convicción e ideales de emancipación social que posteriormente llevarían a Flora por la senda del anarquismo. Son las palabras de su hijo las que nos permiten recoger parte de su historia.

“Eh… no se mi vieja en los albores,  en su juventud tuvo mucha participación social  con juventudes libertarias, grupos de jóvenes libertarios que se reunían bajo el alero de algunos viejos destacados del movimiento obrero chileno,  eh entre ellos por ejemplo no se, compañeros de mi madre Ernesto Miranda, el huaso Vega, Martell, bueno y otros mas…  Clotario Blest con el cual tenia muy buena relación y otros políticos destacados como por ejemplo Salvador Allende que entre paréntesis fue educado por un anarquista, un viejo zapatero y  ese viejo zapatero era uno de los amigos que había en Valparaíso...”

Para la época en que Flora Sanhueza llega a Chile y en los primeros años de su vida en Iquique el panorama anarquista se esta recuperando con nuevos bríos, hacia 1915, de los sucesos que culminaron con la terrible masacre en la Escuela Santa Maria de Iquique (1907). De este período son periódicos como “La Acción obrera” y “La Defensa”. (Vitale, 1998, p 31)

Ahora bien para Tito, hijo de Flora, es importante el viaje de regreso a España que emprende su madre, ya que gracias a este, la conciencia social y el accionar de Flora se van a complementar y potenciar en fundamentos ideológicos como el combate, la critica social y la rebeldía solidaria, entre otros, situación que va a determinar muchos de sus esfuerzos libertarios y su trabajo como mujer y madre libertaria, en Chile:

“Mi madre en el año 35 decide regresar a España decide recorrer lo andado por mis abuelos y un poco por búsqueda de identidad, de identidad propia rescate histórico...”

Justo cuando Flora se encuentra en España estalla el conflicto que genera la Guerra Civil española, conflicto que por lo demás es parte de la memoria histórica universal, y es un recuerdo del mayor enfrentamiento entre el fascismo y quienes serian sus principales opositores a través del desarrollo y la evolución en la configuración de una hegemonía mundial a partir del siglo XX.

“...el 18 de julio es la celebración que hacen los fachos,  los fascistas en España. El 19 de julio es un poco la respuesta obrera la respuesta sindical, la respuesta de la gente con dignidad y con ganas de libertad que es cuando da inicio realmente la guerra civil y… mi madre se encontraba en Barcelona y toda la noche entre el 18 y  el 19 la había pasado con los distintos sindicatos y federaciones escuchando los distintos mítines y discursos y las asambleas varias que habían entre la rambla santa Mónica, las calles del puerto, el barrio chino,  y ella por ejemplo el día 19 sale  con el grupo que iba con uno de los hermanos Ascaso hacia la Pedrable, Pedrable es  uno de los regimientos mas connotados de Barcelona que queda en una subida y… van asalto de la Pedrable...”

Héctor nos relata los acontecimientos históricos en los que su madre participa, con total claridad y convencimiento, producto esto de las largas conversaciones que con ella sostenía, además del profundo conocimiento que el posee, sobre estos temas, que son el legado y la obra que su madre ha dejado en el y en la historia. A continuación Tito describe la participación de su madre en las columnas “guerreras” de Durruti, donde Flora fue combatiente Tito también se refiere al momento en que se pretende desplazar a las mujeres del frente de combate.

“...mi madre estuvo en la columna de Durruti y posteriormente mi madre fue combatiente en la guerra y fue, y cuando trataron de crear las columnas militares, los regimientos alineados a la republica y trataron de ejercer toda su presión en decir: las mujeres a la retaguardia, las mujeres a la cocina, las mujeres a la enfermería,  estas mujeres se revelaron y continuaron en combate .Esa era la columna de Durruti que fue destruida a la entrada de Madrid”.

La participación de Flora en este conflicto se transforma en un aliciente de lucha y cuando las filas opositoras al fascismo son derrotadas definitivamente, ella junto a su esposo,  un dirigente comunista y padre de Tito,  se refugian en Francia, en lo que rápidamente se transformarían en los campos de concentración nazis y para ponerlo en palabras del mismo Héctor: “...año 39 cuando salen a Francia y permanecen hasta el 42 en los campos de prófugos que en ese momento ya pasaban a ser campos de concentración y liberaron gracias a no se que, y vinieron de inmediato a Chile”. Con esto nos interesa dar por sentado de que manera Flora vuelve de España triste por la derrota, pero dispuesta a trabajar por sus ideales, educando a sus hijos según sus ideas libertarias y de amor por una sociedad justa y liberadora. Ahora bien, Tito nos cuenta que la posición de su madre dentro de la gama anarquista esta orientada, sobre todo en un principio, en la línea de acción directa, muy propia de su etapa mas radical:

“... ¿Tu tienes algún recuerdo de las bases ideológicas de Flora?

¿Qué posición tenia dentro del anarquismo por ejemplo?

Claro

Bueno,  mi vieja era de acción directa, mi vieja fue expropiadora por mucho tiempo

¿Expropiadora?

Expropiadora, asaltante de banco, a lo Durruti, si ella estuvo aquí con ellos cuando pasaron...”

Por otro lado Flora siempre estuvo interesada en la emancipación social, no solo por la “vía armada o violenta”, ella fue una mujer que también creía en el amor, en las personas y por ende se relacionaba con ellas de una manera generosa, fuerte, vital, pero generosa, es por ello que su quehacer como sujeto histórico la centra principalmente, al menos en Chile, en una labor educadora, seguidora de la metodología de la escuela Libertaria fundada en España por Ferrer y Guardia, en donde ella se educo.

“Escuelas Libertarias”

Louise Michelle, la inspiradora.

En el transcurso de la entrevista, y por antecedentes previos, aparece el nombre de Luisa Michell, destacada combatiente de la comuna de París. Antiguas historias que Héctor escuchaba de niño, eran el reflejo de los sueños de mundo que albergaba su madre y que le quiso transmitir a través del ejemplo de ésta libertaria. Louisie Michelle fue, en principio, profesora en escuelas populares Francesas. Una vez que estalló la guerra Franco Prusiana, parte al frente, como enfermera voluntaria auxilio heridos en el campo de batalla Posterior a su participación en la guerra, estuvo en la revolución de la “Comuna de Paris” en 1871 fusil en mano. Una vez terminada la revolución, Luisa fue juzgada y deportada a Caledonia , como a muchos de los comuneros de Paris. Transcurridos algunos años, se les otorga el indulto del perdón, el que en reiteradas ocasiones Luisa rechazó, declarando que “No querría mendigar su libertad con esa justicia Burguesa”. Héctor recuerda con nostalgia éstas historias que se relacionan directamente con la aparición del Ateneo Luisa Michell en Iquique. Al igual que Luisa, Flora era de la idea de hacer de la educación, una herramienta fundamental para que el hombre pudiese vivir su libertad. En lo referente al hombre, Héctor recuerda el ideal de su madre:

“Jamás debe ser sacado de su entorno natural, y ojála, pudiese entregar el todo, dentro de su entorno natural. Entonces esas son las cosas por las que uno, es capaz de brindarlo todo. Y esa era mi vieja, eso era lo que ella  hacia. Y creo que por eso, también, a ella la exterminaron, porque mi madre murió a consecuencia de la tortura.”.

En 1947, y una vez asentados definitivamente los Pavelic en Chile, Flora decide seguir el camino de la ayuda social, e instala el Ateneo Luisa Michell en Iquique. En un principio éste Ateneo Libertario tenía como fin la enseñanza para adultos de escasos recursos. Flora recibió desde su más tierna infancia una enseñanza también libertaria, en la que la educación no se concebía como la tradicional y, por lo demás, era para todos:

“Nace para los adultos, nace como escuela, o sea no como escuela, nace como el ateneo para poder entregar un acercamiento a la cultura, a los trabajadores de Iquique y a estas mujeres. fundamentalmente mujeres trabajadoras de la pesca que eran las tejedoras de red las chanavallitas”.

En los años 50, la situación para la clase obrera chilena se hacía cada vez más difícil y las grandes manifestaciones gremiales adquirían gran número de adherentes. Parte de los problemas más recurrentes en la historia del movimiento proletario ha sido la inmensa necesidad al acceso a una educación digna en la que la brecha entre la educación de ricos y pobres no sea tan evidente. En relación a este problema Flora tuvo que soportar y superar numerosas trabas que intentaron ahogar su proyecto de trabajo social con la comunidad iquiqueña.

La persecución desgobierno de Gabriel Gonzalez Videla, que objetaba y perseguía a cualquier nueva entidad dedicada a enseñar de una manera distinta, y que no tuviese el respaldo del ministerio de educación, cualquier tipo de institución no gubernamental, era clausurada sin posibilidad de objeción. El espíritu libertario de Flora no decayó por esto y empezó a trabajar con el Ateneo clandestinamente. Esto hasta que a principios de los años 60 tuvo que cerrar definitivamente. Esta postura fascista de los nuevos gobiernos neoliberales ya eran ampliamente conocidas desde mediados de los años 50, y se veían claramente reflejados en los discursos del honorable Señor Videla. Aquí presentamos uno llevado a cabo en el exclusivo Club de La Unión, citado por Oscar Ortiz en su libro “Crónica anarquista de la sublevación olvidada”, en el que relata las revueltas de los Gremialistas de principios de los 50, que inquietaban sobremanera a la clase política dominante de aquella época: “No nos intranquilizan esas amenazas de esos dirigentes sirvientes del partido comunista. Uds. saben porque lo han estudiado que este proyecto de estabilización es la viga maestra que hará de Chile un país prospero e industrializado, y donde la conducción central de este proyecto será ejecutado por Ustedes” (1950, 21 de enero). El Diario Ilustrado, pp 16.

Entre la existencia del Ateneo y el retiro de Flora Sanhueza del mundo de la enseñanza semi “formal”, éste adquirió el carácter de escuela dentro de su comunidad, producto de la difícil situación que era para las mujeres obreras de nuestro país el trabajar y ser madre al mismo tiempo. Un poco de eso y del fin primero de la escuela se refiere Tito en el siguiente fragmento de nuestra entrevista.

Flora, ¿no tenia como principal fin alfabetizar a la gente?

“Si,  también, mucho, mucho, mucho,  o sea pero entregar cultura fundamentalmente Mi vieja combinaba las cosas y entre ese combinar las cosas combino el hecho de qué  es una escuela...”

¿Fue posterior y en el mismo lugar del Ateneo?

“Exacto,  la cosa es que esa escuela nace por necesidad, porque las mujeres llevan sus hijos a trabajar, entonces los hijos entre el trabajo y el juego no había nada más , entonces la necesidad estaba en poder brindarle educación o sea ya no era alfabetizar sino educar, entonces el crear un espacio en donde por ejemplo el niño aprendiese a leer escribir y se llenase de otros contenidos y no de cosas muertas que no sirven de nada que son las escuelas tradicionales las  que te entregan…,  como te enseñan las matemáticas, por ejemplo,  te dicen ya Pedrito a ver dime si tienes 9 manzanas y viene Juanito y te quita 1 ¿cuantas manzanas te quedan?,  y el cabro chico se queda mirando y dice ninguna, claro porque el cabro chico no tiene las 9 manzanas en la mano, y claro y tampoco tiene las 8 restantes.  Entonces cuando te responde ninguna,  la profesora  dice no poh Pedrito, estai equivocado tienes 8, no poh,  no tengo nada, entonces esas son las matemáticas que no hay que entregar jamás”

Todo este intento de educación digna de Flora pasa por u periodo de decadencia, desde finales de los años 50 hasta principios de los 60. Durante este periodo el proyecto de educación que Flora intento establecer en Iquique, poco a poco llego a su fin.

Los Gobiernos de G. G. Videla, Carlos Ibáñez del Campo y Jorge Alessandri Rodríguez, comprendidos entre 1946 y 1964, contribuyeron a la progresiva decadencia que sufrió el movimiento anarquista en Chile, durante la segunda década del siglo XX. Estos gobiernos, de clara tendencia neoliberal, se desarrollaron a la par con le fortalecimiento del PS y el PC, que entre las muchas actividades que emprendieron en conjunto, ambos partidos, la que mas destaco y marco el desarrollo del movimiento obrero posterior, fue la fundación de la CUT (Central Unitaria de Trabajadores), donde militaban los que después marcarían el desarrollo político de este país.

Iquique su tierra

Posterior a su retiro “activo” dentro de la comunidad, ya desde hace mucho, y a principios de los 70, la familia Pavelic Sanhueza, ya era reconocida por la comunidad iquiqueña. De hecho, existían lazos que unían a la familia Pavelic con la familia Allende.

“Éramos como una relación familiar, para mi el chicho era mi tío, la Atencia era mi tía, bueno no se poh los hijos de ellos eran mis primos, a ese nivel, claro con Pascal también cachai, con toda esa gente. Bueno, pero la cosa es que con esta situación en el momento del golpe toda esta cuestión se revierte contra nosotros”.

Y se vuelve contra ellos, porque desde el mismo día 11, Flora permanece con arresto domiciliario por orden de las autoridades militares. Posteriormente, es arrestada y llevada a Pisagua, donde también llevaron a Tito. Sobre el encuentro en dicho campo de concentración, se refiere Tito. Con estrellas en los ojos, nos cuenta:

“Yo estaba en tortura cuando me sacaron de ahí y me llevaron a un sitio baldío. Habían unos pilares altos, y había una persona al medio, colgada y un milico estaba jugando al tiro al blanco. Y yo, cuando enfoco bien, porque cuando estas mucho tiempo con vendas, te cuesta ver, te cuesta enfocar, y veo que es mi vieja, que estaba con el comandante R.L., y yo le digo, mire pare, bájela y todo lo que usted quiera saber me lo pregunta, no tengo ningún problema, se lo digo todo, tráigame un café y cigarrillos…Y yo me quiebro en la forma mas jodida que puede haber, yo estaba dispuesto a decir todo, pero que no tocaran a mi vieja.”

Sorprende lo desgarrador de este testimonio, protagonista y testigo de la de gradacion llevada a cabo por los militares hacia su madre, que en es entonces tenia 62 años, nos revela lo mas perverso de la dictadura, en palabras del propio Tito, el verdadero rostro de la bestia:

“Nosotros le dábamos a los compañeros 3 meses de resistencia, y a los que tenían un pocotas de responsabilidad, un poco mas, pero tres meses es  mas que suficiente y habían pasado mas de 3 meses, porque era febrero. Ahí ví posprimera vez el verdadero rostro de la bestia, porque ya no es humano aquel que ordena y hace lo que se hizo, lo que se convirtió en una conducta casi normal en todo el proceso dictatorial, la represión brutal a miles de compañeros y compañeras. Ordenó la violación de mi madre en mi presencia, posmilitares en acto de servicio, cabros menores que yo.”

Es increíble, el descubrir como en base a una experiencia tan traumática, como la anteriormente testimoniada, Tito aprendió como debía ser la verdadera lucha en contra de la opresión burguesa. A través de esto logramos confirmar el discurso y la consecuencia de esta mujer que hasta el final resistió “sin mendigar clemencia ante esa sociedad burguesa”. Aquí Tito nos relata que aprendizajes rescato de este hecho tan doloroso para el:

“Y después me toca el turno a mi, si no bastando con eso con el tema de la tortura, yo ahí empecé a aprender muchas cosas de mi mismo, empecé a aprender la otra parte, que es la parte en cómo te enfrentas a tu enemigo, como te enfrentas a ese tipo, que tu para el  no vales nada, ese para el que tu eres la lacra social, ese para el que tu eres el traidor a la patria, porque el esta imbuido en ese contexto moral de la patria que es lo que le da la fuerza moral para hacer y deshacer con su enemigo, para fregar el piso con el si es posible”.

La última vez que Tito vio con vida a su madre, fue en el Hospital San Juan de Dios en Santiago, el 6 de agosto de 1974. Estaba a poco de refugiarse en la embajada de Italia y esperaba en poco tiempo salir del país, entre la los carabineros que resguardaban el lugar, Tito desde lejos obtuvo la ultima mirada de su madre, postrada en una cama, casi sin remedio, por el maltrato sufrido a causa de la tortura.

Flora Sanhueza una mujer con rostro y corazón en nuestra Historia

La obra de Flora debe ser entendida como los trozos de un pasado que deben necesariamente entenderse como trozos de un presente y un futuro para nuestra memoria emblemática” (Stern, 2000) como pueblo trastocado por estas historias que trascienden en su subjetividad a una interpretación colectiva que presupone identidad, hablamos aquí “de la utopía urgente de mujeres libertarias de anteayer y precisamente por eso de nuestro futuro presente, el de nuestro gritos hoy, tan iguales y distintos a los suyos” (Palomera y Pinto comp., 2006, pp 12) y esto es precisamente lo que esta mujer representa: una huella imborrable de lo somos, hemos sido y seguiremos siendo a través del devenir histórico de nuestro pueblo.

Héctor es por entonces cuerpo y espíritu de lo que Flora fue en vida y de lo que significa la memoria como legado y aprendizajes históricos que su madre plasmo en las conciencias de quienes la rodearon. Esta experiencia investigativa ha sido útil en cuanto reivindicación de historias de personajes anónimos, que han contribuido con su vida en la figura de nuestra historia, pero sobre todo nos ha servido para establecer parámetros, no solo metodológicos en cuanto trabajo historiográfico del testimonio oral, sino que además del significado de la interpretación de acciones, gestos y palabras y de cómo estos inciden en los recuerdos potenciando ciertos aspectos y contribuyendo al olvido de otros. Es todo esto lo que descubrimos durante los episodios de entrevista a Héctor, reconocimos en el, en su vida, sus pensamientos y acciones a Flora:

“Y yo empecé a comprender cosas, comencé a entender que no es necesario meter mano a un fusil, que mas fuerte que una bala es la palabra, que la dignidad no se mide si tú lloras o no lloras, si no q la dignidad se mide mediante acciones de tu vida, como te has comportado, como has sido. El respeto que tu tengas con los demás, y que sepas diferenciar por ejemplo entre lo que son los valores que esta sociedad entrega, y  la diferencia de los valores que tu has adquirido de tu familia por un lado.”

En pos del desarrollo de una memoria emblemática más justa, creemos que es posible e imprescindible rescatar el relato de Tito, sus recuerdos, evocaciones y hasta idealizaciones de un movimiento: el libertario. Esto nos ayuda a comprender la complejidad de fenómenos que nos parecen oscuros o difusos en el campo del quehacer histórico, como son el amor o la pasión, que son tratados “racional y científicamente” por el historiador. Ante esto nosotros nos preguntamos ¿Qué es la historia, si no un cúmulo de subjetividades, de hombres y mujeres que la construyen a base de amor, odio y pasión? Esto nos revela la importancia de acudir a este llamado y de incorporar estas significaciones al interior de nuestro trabajo, es posible que se nos acuse de llevar el campo del estudio historiográfico a otras lides fuera de su curso, sin embargo, gracias a Flora afirmamos que la historia debe ser capaz, de un manera lo mas seria y fidedigna posible, de abrazar estas realidades partes importantes de lo que supone ser la nueva Historia Social.

“… yo creí muchísimo en la lucha armada, peleé en distintas partes del continente y en otros sitios, hasta que me di cuenta que peleaba y peleaba y no construía nada, las manos vacías,  siempre. Mientras que en espacios chiquititos, el hecho de querer construir tu propio jardín de acracias en donde aquellos niños que juegan en el columpio jueguen sin miedo de que nadie los hará desparecer, que puedan disfrutar de una ida al circo, que es l o que no pudo hacer mi hijo, es ese pedacito de jardín de acracias que uno quiere, yo en este momento  peleo por ese pequeño jardín, en el que la gente pueda disfrutar feliz de las cosas que hacemos, hacerlas sin miedo, aunque eso nos cueste la vida pero yo estoy dispuesto a dar la vida en ese aspecto

Y esa era mi vieja, eso era lo q hacia. Y creo que por eso, también, a ella la exterminaron, porque mi madre muere a consecuencia de la tortura.

¿Tu madre esta acá o la expatriaron a España?

No, ella esta acá, su tierra es Iquique, Iquique y nada más.

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Bibliografía

1)     Vitale, Luis (1998) “Contribución a una Historia del Anarquismo en América Latina”.Santiago.

2)     Ortiz, O. (2002). “Cronica Anarquista de la subersion olvidada”. Santiago.

3)     Hutchinson, E (2006). “Labores propias de su sexo: Genero, politicas y trabajo en Chile urbano 1900-1930”. Santiago.

4)     Stern, S. (2000). “De la memoria suelta a la memoria emblematica: hacia el recordar y el olvidar como proceso histórico (Chile 1973-1978)”. Santiago.

5)     Brignardelo, A. (2006). “Valparaíso anarquista”. Valparaíso.

6)     Goicovich, I. (1997). “De la dura infancia, de la ardiente vida, de la esperanza, un testimonio popular para la reconstrucción de nuestra memoria reciente”. Viña del mar.

7)     Palomera, A y Pinto, A. Comp. (2006). “Mujeres y prensa anarquista en Chile 1897-1931”.

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