𝟏𝟓-𝐌. Valoración y
crítica || Por José Luis García Rúa (in memoriam).
#15M || La juventud fue siempre mi
medio. Siempre escuché a mayores con interés, gana de saber y respeto, pero mi
acción fue siempre dirigida, en primer término, a los jóvenes, quizá porque, de
niño, adolescente y ya crecido, siempre me gustaron los niños, quizá porque
siempre, para mí mismo deseé la condición de niño y me incliné a las
naturalezas espontáneas, posiblemente también por mi oficio de enseñante y
convivente en centros de estudio de la más variada índole. CRAS (Comunas
Revolucionarias de Acción Socialista), el grupo político-social que yo
promocioné en los últimos años de los sesenta y que probó en la época una
notable eficacia fue un movimiento joven. Organizado ya con viejas estructuras
clandestinas, admiré el valor, la lucha y la inquebrantable fe de los viejos,
pero mi esperanza estuvo siempre en la juventud. Por eso, aunque para muchos
fue éste, el llamado 15M, un movimiento inesperado, yo sí llevaba y llevo esperando
mucho tiempo este levantamiento. Amagos de cosas parecidas y hasta bien
fundamentadas hubo antes, pero siempre el papel corruptor, manipulador y
ofuscador del Estado se salió con la suya en trastear, envenenar y destruir los
impulsos juveniles. En esta ocasión, sin embargo, el Estado está ya perdiendo
los papeles, al Capital no le salen las cuentas y el ímpetu vital de los
jóvenes ha hecho colmar el vaso. La juventud, con los ojos todavía medio
abiertos, se decidió, al fin, a tomar la palabra y sacudir el infernal status
quo establishment. Está todavía por ver si de ésta es de todo y a por todas, o
si habrá fuerzas retardatarias que logren, una vez más, embaucar, adormecer,
engañar y destruir al grueso de los levantados.