La misión cumplida de Martín Arnal: el
entierro digno de 26 sindicalistas asesinados en 1937
El célebre guerrillero antifranquista,
que impulsó la exhumación, falleció poco antes de cumplir 100 años
Natalia Junquera
NATALIA JUNQUERA
Homenaje a 26 miembros de la CNT
asesinados en 1937 en Angüés (Huesca)
ARICO
En enero de 1937, en plena Guerra
Civil, 26 vecinos de Angüés (Huesca) fueron asesinados por pertenecer a la CNT.
Les sacaron de la prisión provincial y los ejecutaron sin juicio ni sentencia.
El más joven tenía 19 años, el mayor, 55. Entre ellos había cinco grupos de
hermanos. Este domingo, sus familiares han podido enterrarles en un lugar
digno, con su nombre y apellidos, en el cementerio de Huesca gracias a la
asociación ARICO, que impulsó, junto al Círculo Republicano Manolín Abad de
Huesca, la exhumación de las siete fosas comunes en las que se encontraban y
sobre todo, gracias a la voluntad de Martín Arnal, guerrillero antifranquista,
histórico referente del anarcosindicalismo aragonés y el primero en solicitar
la apertura de estos enterramientos clandestinos. “Murió hace unos meses, a
punto de cumplir los 100 años”, explica Javier Ruiz, arqueólogo. “Nos acompañó
en todo el proceso de exhumación. Conocía a todas las víctimas, quería
encontrarlas para que todos pudieran ser enterrados dignamente, y tenerle allí
mientras abríamos la fosa contándonos cómo eran fue impresionante. Es una pena
que se haya perdido el acto de hoy”.