CONGRESO DE CONSTITUCION DE LA CNT
CONGRESO DE CONSTITUCIÓN DE LA C.N.T. Celebrado en Barcelona del 30 de Octubre al 1 de Noviembre de 1910
PRIMERA PONENCIA
TEMA 3º ¿ES DE NECESIDAD O CONVENIENCIA PARA EL SINDICALISMO QUE LA
SOLIDARIDAD OBRERA PASE A SER UNA CONFEDERACIÓN NACIONAL?
DICTAMEN:
«Que se constituya una Confederación General del
Trabajo Española, integrándola temporalmente todas aquellas Sociedades no
adheridas a la U.G.T., en la condición de que una vez constituida la
Confederación General del Trabajo Española se procure llegar a un acuerdo entre
las dos Federaciones a fin de unir toda la clase obrera en una sola
organización.
TEMA 11º UNA VEZ ORGANIZADA LA CONFEDERACIÓN GENERAL DEL TRABAJO, ¿PRECISA
LA CONSTITUCIÓN DE FEDERACIONES DE OFICIO Y SIMILARES?
TEMA 13º CONVENIENCIA DE QUE LOS OBREROS ESTÉN ORGANIZADOS POR ARTES Y
OFICIOS.- QUE LOS OFICIOS SIMILARES O CONCURRENTES A UN OBJETIVO COMÚN
ESTABLEZCAN FEDERACIONES
… poniendo a discusión los temas 11 y 13 de la primera ponencia,
aprobándose por unanimidad los dictámenes de mayoría relativas a estos temas, o
sea que una vez organizada la Confederación es de suma necesidad la
constitución de Federaciones de Oficio y similares.
SEGUNDA PONENCIA
TEMA 4º MANERA DE PUBLICAR UN DIARIO SINDICALISTA ÓRGANO DE LA
CONFEDERACIÓN
DICTAMEN:
La Comisión estima de imprescindible necesidad la publicación de un
periódico diario que sea un verdadero defensor de la clase trabajadora; pero,
no obstante, cree que las circunstancias económicas por que hoy atraviesa la
organización sindicalista no son a propósito para acometer tan magna empresa de
propaganda. Sin embargo, desea que el Congreso conceda atribuciones al Consejo
Directivo de la Federación, para que una vez conocido el número de
colectividades adheridas estudie el medio más práctico de llevar a efecto la
obra de fundación del periódico. Con tal objeto, en el próximo Congreso o
antes, si fuese posible presentará un resumen de sus trabajos que serán basados
en la más estricta realidad de la situación. En tanto esto no sea, el Congreso
debe acordar que «Solidaridad Obrera» pueda publicarse con regularidad semanal,
en mayor tamaño aún que ahora, a fin de que pueda prestar mayor atención al
gran desarrollo que la organización trabajadora y las luchas sociales van tomando
actualmente en España.
TEMA 6º ¿LA PROPAGANDA SINDICALISTA PUEDE DAR MAYORES RESULTADOS QUE
COMPENSEN DE LOS ESFUERZOS Y ENERGÍAS EMPLEADOS? EN CASO AFIRMATIVO, ¿QUÉ FORMA
Y MANERAS SE CREE MÀS PRÁCTICAS PARA ALCANZAR DICHO RESULTADO?
DICTAMEN:
La Comisión reconoce que la propaganda sindicalista sí puede dar mayores
resultados que los obtenidos hasta ahora. Para ello propone los siguientes
medios al Congreso:
1º Crear en todas las poblaciones donde sea posible, grupos dedicados
únicamente a la divulgación de los principios sindicalistas entre la clase
trabajadora, especialmente entre la juventud obrera. Estos grupos deberán
servir también de escuela educativa para constituir un plantel de compañeros
aptos para dirigir la palabra al público en los mítines, explicar conferencias,
escribir en los periódicos y todas las demás formas de la acción sindical.
2º Publicar hojas escritas sencillamente para repartir gratis a todos los
explotados del taller, del campo y de la mina. Serán sufragados los gastos de estas
hojas por un prorrateo especial y único de un céntimo por federado cuyo importe
puede quedar siempre en fondo puesto que las hojas serán vendidas a 25 céntimos
el ciento a los grupos o compañeros quienes se encargarán de su distribución en
las diversas localidades.
3º Editar con el mismo fondo recaudado para las hojas folletos de buena y
clara propaganda sindicalista que serán vendidos a un precio que nunca podrá
exceder de 5 céntimos a fin de hacer más factible la divulgación.
Caso de que el Congreso se encuentre conforme con este dictamen, la
Comisión estima preciso se constituya dentro del Consejo Directivo de la
Federación Nacional un comité de propaganda para encargarse de llevar a la
práctica estas decisiones, así como también las demás que puedan ser
necesarias, siempre que estén en concordancia con el criterio expuesto en estas
resoluciones.
TEMA 10º NECESIDAD DE ESTABLECER ESCUELAS DENTRO DE LOS SINDICATOS OBREROS.
MANERA PRÁCTICA DE LLEVARLO A EFECTO
DICTAMEN:
La Comisión se muestra en un todo conforme con que las Sociedades o
Federaciones Locales aborden la fundación inmediata de escuelas para educación
de los trabajadores. Como método de enseñanza creemos más práctico que las
escuelas estén inspiradas en la divulgación racional de los conocimientos
científicos y en la aplicación de la enseñanza técnico-profesional, para hacer
de los alumnos obreros a la vez que hombres despojados de todos los prejuicios
y defensores de sus derechos, trabajadores aptos para conquistar dignamente en
la actual sociedad el salario preciso a satisfacer sus más perentorias
necesidades. Por tanto, a fin de realizar estos deseos, se encarece de las
colectividades aludidas en el primer párrafo, que se impongan cuotas
extraordinarias para hacer posible la creación de escuelas merced al propio
esfuerzo de la clase trabajadora organizada.
Puestos a discusión y después de hablar varios compañeros, se aprueba lo
siguiente:
1º Que es indispensable la creación de un diario sindicalista órgano de la
Confederación; pero en vistas de la situación económica por que atraviesan los
Sindicatos obreros, prestar todo el apoyo posible al periódico que se viene
publicando, «Solidaridad Obrera».
2º Crear grupos de jóvenes obreros que se dediquen a la propaganda
sindicalista y repartir con frecuencia hojas encaminadas al mismo objeto.
3º Dentro de los Comités se nombrarán Comisiones que se preocupen de la
creación de escuelas.
TERCERA PONENCIA
TEMA 1º EL SINDICALISMO A BASE MÚLTIPLE
El Congreso se pronuncia por la acción directa sobre la base múltiple, con
dispensa en ciertos casos de la obligación imprevista.
TEMA 14º MODO DE ALCANZAR LA ASOCIACIÓN DE LOS OBREROS DE UN MISMO OFICIO Y
ABOLICIÓN DEL TRABAJO A DESTAJO
Se divide en dos partes para mejor discusión, una sobre la asociación y
otra sobre la abolición del destajo. Apruébase la primera en la siguiente
forma:
Que cada Sindicato imponga en su reglamento un artículo por el que se
obligue a todo asociado a sindicar a su familia en la Sociedad del oficio que
le corresponda, en la Varia o en la más afín, y, además, todo obrero venga
obligado a hacer propaganda activa en favor de la asociación de los
trabajadores.
Se pasa a la segunda parte del tema 14º, que por no haber emitido dictamen
la Ponencia, se ha hecho suya el ponente compañero Marcet, de Sabadell. Tras
pequeña discusión, y después de rechazar una proposición, se aprueba la
siguiente:
Para abolir el trabajo a destajo se emplearán todos los medios que aconseja
la acción directa para salir airosos de nuestros propósitos, como son: boicotaje,
el sabotaje, etc., en las materias necesarias a la casa donde se entable la
lucha.
TEMA 15º ¿CUÁL MEDIO SE CREE MÁS EXPEDITO PARA IMPEDIR QUE TRABAJEN LOS
MENORES DE 14 AÑOS DE AMBOS SEXOS?
Se decide también prohibir a rajatabla el empleo de mano de obra infantil.
CUARTA PONENCIA
TEMA 5º ¿EL SINDICALISMO HA DE SER COMO MEDIO O COMO FIN A LA EMANCIPACIÓN
OBRERA?
DICTAMEN:
El Congreso declara que:
Constituyendo el Sindicalismo la asociación de la clase obrera para
contrarrestar la potencia de las diversas clases poseedoras asociadas, no debe
considerársele como una finalidad social, no debe ser interpretado como un
ideal, sino como un medio de lucha entre los dos antagónicos intereses de
clase, como una fuerza para recabar de momento todas aquellas ventajas que
permitan a la clase trabajadora poder intensificar esta lucha dentro del
presente estado de cosas, a fin de conseguir con esta lucha intensificada la
emancipación económica integral de toda la clase obrera, mediante la
expropiación revolucionaria de la burguesía tan pronto como el Sindicalismo, o
sea la asociación obrera, se considere bastante fuerte numéricamente y bastante
capacitada intelectualmente para llevar a efecto la expropiación de aquellas
riquezas sociales que arbitrariamente detente la burguesía y la consiguiente
dirección de la producción.
TEMA 8º LA EMANCIPACIÓN DE LOS TRABAJADORES HA DE SER OBRA DE LOS
TRABAJADORES MISMOS. ¿CUÁL ES LA ÚNICA Y VERDADERA INTERPRETACIÓN QUE DEBE
DARSE A ESTA FRASE?
DICTAMEN:
Como una obligación, como un imperativo, como una síntesis, como una
concepción clara y terminante del futuro, la grandiosa Internacional proclamó y
afirmó de rotunda manera que la «emancipación de los trabajadores ha de ser
obra de los trabajadores mismos». Y de nadie más. Verdad axiomática, no
necesitará demostración, como no la necesitan las verdades cuya fuerza
probatoria surge de su propio enunciado.
Aquella Internacional de grato recuerdo y gloriosa vida, que fue simiente y
riego fecundo, que trazó un mundo nuevo y dio ideas, luz para generaciones
enteras, tiene en su haber como honra más meritoria y orgullo más encomiable,
la noble sinceridad de sus principales hombres, quienes aun no siendo
trabajadores manuales, tuvieron la franqueza de decir a los obreros de todo el
mundo que la emancipación no podría venirles sino de ellos mismos, de su propio
y personal esfuerzo.
¡Fuera engaños! ¡Fuera tutelas! Haga explosión la verdad en todos los
cerebros y sépase de una vez para siempre que el trabajador no debe esperar
nada de nadie, sino de si mismo. La sinceridad de las declaraciones y
procedimientos de las grandes figuras de la Internacional, resulta de una
verdad paradójica, pues es chocante que haya habido hombres que a si mismos se
condenasen haciendo que los trabajadores sólo creyesen en si propios y supiesen
de antemano que su emancipación no deberían esperarla de ajena voluntad sino de
su esfuerzo personal y colectivo.
Y es que si como hombres puede haber -y hay- muchos capaces de sentir como
propia la causa de los trabajadores y hacer tanto por la emancipación de éstos
como ellos mismos, como clase no es posible que los no pertenecientes a la
obrera puedan tener interés hondo por la emancipación de los asalariados. Esto
no es todo. Cabe que haya quienes anhelen desaparezca del mundo la presión y la
miseria. Pero lo que no cabe es que sea verdad que haya quienes intenten
emancipar a los trabajadores presentándose como tutores y procuradores de
ellos.
Contra estas tutelas ponía en guardia la Internacional a los obreros al
decirles que su emancipación tenía que ser la obra de ellos mismos, porque en
realidad para emanciparse es preciso, indispensable, estar emancipado de todo
tutor o procurador, que incompatibles son los tutelajes y la emancipación, ya
que mientras no se esté emancipado del tutor se tiene quien lo mande y lo
domine y quien pueda engañarlo y explotarlo.
La emancipación es el resultado inmediato de la emancipación moral, y no
alcanzará la primera el que moralmente siga siendo esclavo de éste o del otro
individuo. Y esclavo es el que no piensa por si, ni obra espontáneamente con
arreglo a su raciocinio y por su esfuerzo directo.
Que los hombres de la Internacional tuvieron razón al advertir a los
trabajadores que su emancipación había de ser su propia obra lo demuestra el hecho
de que a pesar de la divulgación de ese axioma y de lo conocido que es en el
mundo entero, aún hay millares y millares de trabajadores que confían en su
emancipación mediante la labor de otros hombres -trabajadores o no-, empleando
medios indirectos en vez del directo explícitamente indicado en la frase que
sirve de encabezamiento a este esbozo.
No es la obra de ellos mismos cuando encargan de su emancipación a otros;
ni es posible se emancipen quienes empiezan por estar sometidos a las buenas o
malas intenciones, a los acertados o disparatados actos de otros, a la voluntad
perezosa o activa de los demás, a las conveniencias particulares o no de otros.
La emancipación de los trabajadores ha de ser obra de ellos mismos; y
agregaremos con Farga Pellicer «que esta afirmación está fundada en el hecho de
que no hay institución ni clase social alguna que por la obrera se interese»,
todas las que del monopolio y de la explotación viven sólo procuran eternizar
nuestra esclavitud.
Desde luego, se echa de ver que nadie puede tener interés en la
emancipación de los trabajadores fuera de estos mismos, por cuanto que esa
emancipación es de carácter económico y conseguida la cual caen forzosa e
inevitablemente todos los privilegios, todas las ventajas de que en el actual
régimen social disfrutan cuantos no son obreros. Y al decir esto no es posible
olvidar que los obreros llamados intelectuales sufren en su mayoría penurias
parecidas a las de los manuales, pero como entre ellos se reclutan los
políticos, los vividores de toda especie, escalando no pocos de los puestos de
privilegio, en general no tienden a la destrucción del régimen y antes bien lo
consolidan y aún procuran servirse de los manuales para esos encumbramientos
que les hacen placentera y grata vida.
Raro es el obrero manual que se emancipa del salario dentro del régimen
actual, y aunque hay quienes pasan de explotados a explotadores y de manuales a
intelectuales y por lo consiguiente a privilegiados, a políticos, a empleados,
a sostenedores del presente sistema político-social, en general se puede decir
que sólo los obreros manuales son los verdaderamente interesados en la
abolición de todos los privilegios, de toda explotación y de toda forma de
opresión. Los obreros intelectuales que a un ideal individual de encumbramiento
sustituyan el de emancipación colectiva pueden naturalmente formar en las filas
de los manuales contribuyendo a la emancipación moral de los trabajadores con
su inteligencia, pero siempre teniendo entendido que pues la emancipación de los
trabajadores ha de ser obra de los trabajadores mismos, ellos no han de figurar
entre nosotros como nuestros emancipadores ni a ellos hemos de confiar nuestra
emancipación que ha de ser -tiene que ser- nuestra propia obra.
La emancipación económica de los trabajadores es algo que nadie ha tenido
en cuenta hasta que la Internacional la proclamó bravamente. Habráse podido
tender a mermar el poderío de los señores feudales para robustecer el real;
habráse podido disminuir el poder real en beneficio de las clases medias;
habráse podido llegar a la república aboliéndose la autoridad de los monarcas,
pero en todos esos cambios realizados mediante el esfuerzo de los trabajadores
que han sido el cuerpo y el brazo dirimidor de las contiendas, la situación
económica del obrero ha seguido siempre lo mismo. Explotado ayer y hoy y
siempre.
No se niega con esto el progreso moral e intelectual que los cambios
políticos han acarreado para los trabajadores. Su esfuerzo para beneficiar a
otras clases ha mejorado su condición y los han colocado en situación de
hombres y los han colocado en situación de poder anhelar su emancipación
económica que era algo que permanecía nebuloso, algo que ha confundido en todos
los tiempos – aún hoy muchos confunden- con determinadas libertades políticas.
Y si bien en todas las épocas hubo alzamientos de carácter económico,
propósitos de implantar un sistema comunista de vida, en general esos
propósitos tenían en su contra las tendencias autoritarias de los mismos
rebeldes, su organización revolucionaria con caudillos y jefes.
Y no es posible la emancipación de los trabajadores en tanto éstos tengan
un emancipador, un jefe, por cuanto que aun logrando vencer a los sustentadores
del régimen, no harían más que instaurar otro régimen de privilegios en el que
resultarían privilegiados los emancipadores, los jefes. Que no es posible
abolir los privilegios con organismos en que el privilegio exista, por cuanto
no es posible la emancipación sino como obra de los trabajadores mismos. La
emancipación de los trabajadores ha de ser obra de los trabajadores mismos.
Tengamos esto presente los asalariados en todo momento.
Se presenta una proposición incidental por algunos compañeros. La ponencia
la acepta como conclusión al dictamen, y se pasa a votación siendo aprobada por
unanimidad, con una aclaración del compañero Ávila. Después de esto es aprobada
la siguiente proposición incidental en sustitución al dictamen de la ponencia:
El Congreso declara que la emancipación de los trabajadores será obra de
los trabajadores mismos. Por tanto reconoce que los sindicatos que integran la
Federación Nacional sólo pueden estar constituidos por los obreros que
conquistan su jornal en las empresas o industrias que explotan la burguesía o
el Estado. No obstante, y como aclaración a lo anterior, debe considerarse
exentos de esta clasificación a aquellos obreros que por su trabajo pueden
perjudicar directamente a la organización sindical.
TEMA 12º MODO DE LOGRAR EL ABARATAMIENTO DE LOS ALQUILERES Y SUPRESIÓN DE
LOS ODIOSOS DEPÓSITOS
DICTAMEN:
Habiendo acordado esta Federación en su anterior Congreso adoptar la acción
directa como medio de lucha más eficaz, así como acordó la creación de
Sociedades de resistencia contra el inquilinato, acuerdo que no puedo cumplirse
porque en el momento de llevarlo a la práctica, causa mayor y de humanidad hizo
cesar en su actuación a Solidaridad Obrera; considerando que el privilegio de
la propiedad privada se basa en la fuerza; considerando que la fuerza económica
de la burguesía sólo puede ser vencida por un hecho revolucionario de la clase
obrera organizada; el congreso declara la urgente necesidad de aplicar la
acción directa obrera contra esta fuerza económica burguesa, exteriorizándola
en forma de boicot contra los propietarios que se nieguen a suprimir el
depósito en sus contratos de arrendamiento; y a este efecto el Congreso
preconiza una activa campaña en los periódicos sindicalistas, a fin de
interesar al gran público en esta cuestión y crear una corriente de opinión
vigorosa para que obligue a los propietarios a la rebaja de alquileres, sin
perjuicio de que en caso extremo y como supremo recurso negarse
sistemáticamente toda la clase obrera organizada al pago de los susodichos
alquileres, mediante la huelga general de inquilinos.
Formar en todas las provincias que se crea conveniente Sociedades de
Inquilinato, debiendo este Sindicato tener en sus estatutos un artículo en el
que todos los obreros que en él forman parte vienen obligados a pertenecer en
sus sociedades de Oficios Varios.
QUINTA PONENCIA
TEMA 2º MEDIOS DE OBTENER LA JORNADA DE OCHO HORAS.- SALARIO MÍNIMO
DICTAMEN:
Difícil le es a esta ponencia concretar el medio de conseguir la
disminución a ocho horas, cuando tantos y tantos obreros trabajan aún diez y
doce horas. El carácter nacional de este Congreso implica que las resoluciones
que se tomen tengan el mismo carácter expansivo; más claro, que los acuerdos
que se aprueben afecten y favorezcan a todos los obreros domiciliados en
España; estas circunstancias que tanto nos han de favorecer en lo sucesivo en
nuestras luchas futuras, es lo que hoy hace más difícil, como decíamos, nuestra
labor.
¿Cómo emplear el mismo medio, por ejemplo, los oficios que hoy trabajan
nueve horas y los obreros del campo, esos infelices esclavos modernos, que antes
que aparezca el sol caminan pesadamente con el corazón al hombro, con el cual
van a castigar a la madre tierra para hacerla producir esos sabrosísimos y
necesarios frutos que después ellos no han de consumir?
Los diferentes caracteres, las distintas costumbres de los pueblos, hacen
que los obreros trabajen y luchen de distintos modos, y en diferentes
condiciones. Esta ponencia cree, pues que el medio más factible para conseguir
la jornada de ocho horas, es procurar emprender una activa y enérgica campaña
en favor de dicha jornada hasta llevar al convencimiento del obrero en sus
beneficios.
Respecto al jornal mínimo, esta ponencia entiende que no debe el Congreso
tomar acuerdo sobre el particular, pues la máquina social tiene un engranaje
tan complejo que nada resolvería el aumento de salario, pues resultaría que
como cada día aumenta el precio de los productos, el jornal mínimo aquí
acordado resultaría incapaz de cubrir nuestras necesidades al poco tiempo;
además, cree esta ponencia que logrando la reducción de jornada, lo que
implicaría el aumento de brazos, es el mejor medio para que los obreros por si
mismos, no trabajen a menos precio que el necesario para su bienestar.
Recomendar a todos los sindicatos obreros que en cuantos actos celebren
aboguen para llevar al convencimiento de los explotados la conveniencia de la
jornada de ocho horas, por considerar que la rebaja ha de ser el principio de
nuestra emancipación. Una vez que el obrero se crea capacitado en las
diferentes regiones para imponer tal reforma, decretar, por medio de la
Confederación, la conquista de las ocho horas, a la cual han de contribuir
todos los obreros.
Respecto al jornal mínimo, como hemos dicho antes, esta ponencia cree no
debe el Congreso legislar sobre ello, por creer que nada resolvería, dadas las
diferentes condiciones en que se produce y consume en las distintas regiones.
TEMA 7º LA HUELGA GENERAL, PARA QUE SURTA EFECTOS DE EFICAZ DEFENSA DEL
PROLETARIADO, ¿PUEDE SER PACÍFICA O HA DE SER ESENCIALMENTE REVOLUCIONARIA? EN
TODO CASO, ¿EN QUE FORMA CREE EL CONGRESO DEBE EMPLEARSE PARA SU SEGURO EFECTO?
DICTAMEN:
Es este un problema arduo, pavoroso y de actualidad. La ponencia suscribe,
al hacer de él un estudio lo más concienzudo posible, dentro del lapso de
tiempo relativamente corto de que dispone, ha de declarar francamente,
brutalmente, aunque la frase sea dura, que la huelga general ha de ser
esencialmente revolucionaria. ¿Por qué? Por las siguientes razones.
La huelga general, al cruzarse de brazos en un momento dado los trabajadores,
trae como consecuencia un trastorno tan grande dentro de la marcha de la actual
sociedad de explotados y explotadores, que imprescindiblemente habrá de causar
una explosión, un choque, entre las fuerzas antagónicas que hoy luchamos por la
vida, pues así como la tierra, si dejase de girar sobre su eje chocaría con
cualquier otro astro, nosotros, al dejar de laborar, chocaríamos con todos
aquellos que no quieren que salgamos del círculo de hierro en que estamos
metidos.
La huelga general pacífica es imposible que pueda ser duradera. Figuraos lo
que sucedería en un hogar proletario cuando a los pocos días quizá al día
siguiente del paro, si se acabaran las escasas provisiones de boca con que se
contara; lanzaríase aquel trabajador a buscarlas fuera de casa, se uniría con
otros que estuvieran en el mismo caso; y como no habiendo producido estos días
y holgando también los expendedores de los mercados, no habría donde
adquirirlas legalmente (en caso favorable de disponer de fondos para ello),
tendrían que dirigirse a esos grandes sitios de acaparación, a esos grandes
almacenes abarrotados de género, que a veces se pudre mientras muchos
desheredados caen desfallecidos por la abstinencia. Mas como esos almacenes son
de propiedad privada, la fuerza pública viene obligada, dentro del actual
estado de cosas, a defenderlos, y de ahí resultaría uno de los muchos choques
que una huelga general trae consigo.
La huelga general ha de ser revolucionaria, porque los guardadores del
orden, para guardarlo, no conocen o no ponen en práctica otros medios que los
de perseguir y encarcelar a los más activos, a los que llevan desde un
principio la dirección de la lucha, y el resto de los obreros ha de protestar
de la práctica de estos medios, y esta protesta debe ser violenta, pues de lo
contrario, en lugar de vencer a los tiranos inmolarían nuevas víctimas.
Otros mil argumentos podríamos aducir en favor del carácter revolucionario
de una huelga general, pero creyendo que durante la discusión del presente
dictamen se expondrán a la consideración del Congreso, a él dejamos su
exposición.
Teniendo que ser revolucionaria la huelga general, ¿cuándo ha de ser
llevada a la práctica para su completo éxito? He aquí el problema. Hasta ahora
se ha hecho uso varias veces de dicha arma; pero declaremos que es un arma tan
grande, de resultados tan contradictorios si no se emplea con conocimiento de
causa, que podría ser, quizá causa de nuestro rebajamiento moral. Y para que
esto no suceda, la ponencia dictaminadora cree:
Que una huelga general no debe declararse para alcanzar un poco más de
jornal o una disminución en la jornada, sino para lograr una transformación
total en el modo de producir y distribuir los productos. Para esto es preciso
una fuerte conexión entre todos los obreros, no de una región sino de las
distintas regiones que integran la nación española; para que la huelga sea
general en la verdadera aceptación de la palabra, quizá en la única aceptación,
cuando dejen de producir al unísono todos los asalariados de un mismo país; aunque
esto no sea óbice para que, cuando los trabajadores estemos bien compenetrados,
la huelga general universal, que será el día que empiece a brillar la luz de la
justicia.
Empero esto no suceda, y concretándonos a España, la experiencia nos ha
enseñado que la huelga general en una sola localidad, si bien no nos causa
grandes perjuicios porque demostramos nuestro espíritu de lucha y nuestros
deseos de emancipación, lo cual ya es, como dijo un burgués, «un aldabonazo que
damos a las puertas burguesas»; en cambio hemos de confesar que, localizada la
huelga general en un punto y estando el resto de los obreros de la nación en
pasividad completa, las fuerzas públicas, al servicio de la burguesía, se
congregan en aquel lugar, siendo fácil relativamente a los gobiernos sofocar la
rebelión.
Creemos, pues, que la huelga general, para su completo éxito, debe llevarse
a la práctica cuando los obreros federados en la Confederación nacional estén
capacitados para llevar a feliz término la renovación de las malas condiciones
en que hoy se trabaja. No obstante, pueden darse, y se dan, casos en que la
burguesía o los gobiernos, por su conducta egoísta, obliguen al obrero a
declarar una huelga general en una localidad o en una región, y creemos, para
estos casos, que el comité local sea el encargado de resolverlo, y estudiar si
debe extenderse a la nación, y únicamente, en un caso concreto, y como
conclusión, debe el Congreso acordar ir a la huelga general: en caso de
aventuras guerreras, pues en ellas el proletariado únicamente pierde sangre y
no gana nada.
TEMA 9º CUANDO ESTANDO UNA SOCIEDAD FEDERADA EN LUCHA ES ATROPELLADA POR LA
POLICÍA O LA FUERZA PUBLICA, ¿QUE ACTITUD HAN DE ADOPTAR LAS DEMÁS SECCIONES
FEDERADAS?
DICTAMEN:
Esta ponencia cree que el enunciado del tema que se le ha confiado debe
modificarse en el sentido de incluir bajo una denominación común a la policía y
a todos los demás cuerpos armados del Estado, Provincia o Municipio. Diferencia
esencial entre unos y otros no existe. Ciertas Diputaciones y Municipios, cuya
vida económica se lo permite, se han creado cuerpos particulares para tener
amparados por la fuerza los intereses y los principios autoritario-capitalistas
que representan. El Municipio y la Diputación descansan, por la práctica
heredada en su ambiente burgués y por las leyes que les dieron vida, en los
privilegios sociales, hallándose, además, constantemente bajo la mirada
inquisitiva del Estado, que no tolera nunca que se haga, por organismos
oficiales subordinados a él, obra disolvente de los dogmas fundamentales de la
sociedad burguesa, a saber: la «Propiedad», origen fecundo de la prosperidad de
unos pocos y de la miseria y la muerte de millones de humanos, y la
«Autoridad», elemento poderoso esencial para perpetuar tan cruel situación. Por
estos motivos, pues, el Municipio y la Diputación tienen fuerza armada para
imponer su poderío en casos corrientes y, para los de mayor importancia, acuden
a su celoso vigilante, el Estado, en demanda de los cuerpos armados que posee,
comunes a todo el territorio nacional.
Podemos admitir, en consecuencia, que la misión de todos los elementos
armados de que dispone el mundo oficial, es idéntica en el fondo; si en algo
varía es en los grados de su potencia, de su radio de acción. Englobados ellos
en uno solo y verdadero, antes de proseguir fijémonos sucintamente en la
expresión «fuerza pública», que figura en esta tema, para demostrar el erróneo
empleo que se le da. La palabra pública, puesta, al igual que en el presente
caso, como adjetivo, quiere decir, según el Diccionario Etimológico de la
Lengua Castellana, de Roque Barcia, y el de la Academia Española, «lo que
pertenece a todo el pueblo».
Ahora bien, lo que se ha dado en llamar «fuerza pública», por un
convencionalismo de los que tanto se cultivan en las modernas democracias,
¿pertenece realmente a todos los que componen un país cualquiera?. Por lo que
hemos indicado ya, se ve que la más importante de sus funciones consiste en
imponer el cumplimiento de las leyes sancionadoras de la desigualdad social y
protectoras de la explotación humana. Puede haber, y hay en realidad, aún en la
actual sociedad de propietarios, cosas que son verdaderamente públicas, como
por ejemplo los servicios de alumbrado público, de fuentes públicas, de
jardines públicos, etc., porque esta luz, este agua y estos aromas pueden
disfrutarlos absolutamente todos los hombres, tanto si no poseen un céntimo
como si son millonarios.
Cuando los intelectuales burgueses apologistas de esta sociedad ven que los
trabajadores rechazamos sus teorías encaminadas a que aceptemos los organismos
armados sustentadores de la misma, se esfuerzan por convencernos de que no sólo
sirven de amparo a lo que ellos llaman «prosperidad económica del país», sino
que también son una salvaguardia personal de todos sus hijos, incluso los más
humildes.
Es tan contradictoria la realidad con esta afirmación, que precisamente
debido a ello se ha presentado a este Congreso el tema de que tratamos; ya
tendremos, por lo tanto, ocasión de ver manifestada su falsedad. De momento nos
limitaremos a recordar, sencillamente, el hecho revelado por toda la prensa
mundial de que la llamada «fuerza pública» de la República Argentina ha
amparado y protegido a los potentados y a los hijos de los potentados que no
hace mucho destrozaron, incendiaron y asesinaron en las moradas particulares de
los trabajadores y en sus centros sindicales. Es decir, cumplió una vez
más,pero con mayor cinismo, su papel de protectora de los intereses y
principios de la burguesía en contra de los del proletariado.
Queda evidentemente demostrado, salvo error de esta ponencia, que está
dispuesta a rectificar si tal cosa se le demuestra, que es falsamente aplicada
la frase «fuerza pública» y que todos los cuerpos armados oficiales deben
incluirse en la denominación de «fuerza armada burguesa».
Teóricamente sostienen todos los gobernantes, tanto más cuanto más
democracia pregonan que en las luchas entre trabajadores y burgueses se
inclinarán hasta cierto punto del lado de los obreros, por la gran simpatía que
por ellos sienten, pero que pasando de dicho punto deberán mantenerse neutrales
para que se ventile la cuestión entre los dos elementos en guerra, pues un
gobierno, al intervenir resueltamente a favor de alguno de ellos, mostraría un
parcialismo en el que no debe incurrir, porque según ha dicho recientemente
Briand, el presidente del Consejo de ministros de Francia, interpretando el
platonismo de todos los gobiernos liberales, «deben gobernar para toda la
nación y no solamente para una clase».
Pero, paralelas a este deseo oratorio, y como demostración plena de que el
capital es una fuerza inmensamente superior al Poder, por el cual ha de estar
servido de una manera o de otra, se deslizan los gobernantes, alardeando de
interpretar fielmente la ley y cumplirla (lo cual reconocemos nosotros que, en
muchos casos, es cierto) en largas series de consideraciones sobre los
servicios públicos de atención ineludible, sobre la libertad del trabajo, sobre
le orden público, etc., que al traducirlas en hechos hacen que intervengan en
la lucha de clases dificultando, cortando, hipócritamente o brutalmente, según
les convenga, no a los dos combatientes a la vez, como algún incauto podría
pensar, sino al más débil de ellos, al trabajador.
Y esto sucede en las muchas ocasiones en que, como ya hemos indicado, las
autoridades dicen cumplir y realmente cumplen las leyes. Pero, ¿es que acaso no
se han hecho éstas por y para los capitalistas? Los trabajadores de los tiempos
modernos sabemos positivamente qué clase de principios morales, políticos y
económicos han nutrido las inteligencias de los confeccionadores de leyes, y no
ignoramos, ni nos sorprenden, aunque las repudiamos firmemente, las
consecuencias de su obra.
Calcúlese, pues, las mil injusticias que ocurrirán cuando los gobiernos
violentan la ley o pasan sencillamente por encima de ella, como sucede
frecuentemente cuando de trabajadores se trata. Días pasados dijo Canalejas,
queriendo justificar la intervención de la fuerza pública armada en la última
huelga de mineros bilbaínos, que ello se acordó porque, en vista de lo
excitadas que se iban poniendo las pasiones, su presencia en el lugar de la
lucha tenía el influjo de elemento moderador. Esta palabra se deriva de
moderación, que en correcto castellano significa «templanza en las acciones
políticas y morales». Pues bien, con los batallones y las ametralladoras que
mandó el gobierno a Bilbao, ¿a quién pretendía infundir templanza?. ¿A los
patronos, para que depusieran su actitud de extremada intransigencia a la
exigua demanda de los obreros? No, porque ellos se desvivieron solicitando la
intervención del ejército. ¿La quería infundir exclusivamente al más débil de
los dos combatientes, al trabajador, para que en pleno dominio de la templanza
que le inspirarían las máquinas de guerra y la fuerza armada, se le amortiguase
el vigor indispensable para la lucha, iniciándosele en su ánimo el vencimiento
moral, para luego, como resultado matemático, darse por vencido materialmente
al capitalismo?. Si. Por encima de todos los razonamientos que pudiésemos
aportar para demostrarlo, hay el examen frío y analítico de los hechos que así
lo dan a entender de una manera concluyente.
Los gobiernos liberales practican su pregonada neutralidad poniendo todo el
apoyo de sus hombres armados al servicio de la parte más fuerte de los combatientes
sociales, la burguesía y haciendo declaraciones contrarias a los trabajadores y
pronunciando frecuentes amenazas, con todo lo cual contribuyen poderosamente a
mermar la fuerza moral de los huelguistas y a la prolongación de los
conflictos, constituyendo este último uno de los medios más disimulados y
eficaces para que sean derrotados, pues las autoridades saben de sobras que la
miseria económica a que está sometido el proletariado imposibilita el prolongar
con éxito las huelgas. Además, los gobernantes y la burguesía no
temen, el que estas luchas pudieran eternizarse, no; lo que les llega a
preocupar hondamente es el criterio sindicalista revolucionario que las inspire
y el cariz enérgico y general que ellas puedan tomar.
Debemos persuadirnos de que no sólo la neutralidad de los gobernantes es
puro engaño sino que lo es también la benevolencia que algunos dicen dispensar
a los trabajadores. Una prueba clara de esto la tenemos en lo ocurrido con
motivo de la huelga de ferroviarios habida en París estos últimos días. El
gobierno radical-socialista de la nación, haciendo protestas de amor al
proletariado, ha tenido una idea ingeniosa que no sabemos se le hubiese
ocurrido a ningún otro gobernante para derrotar a los trabajadores. Hallándose
en plena huelga y no siendo posible tomar a cualquier pobre diablo como
esquirol, porque la índole del trabajo exigía conocimientos técnicos
indispensables, llamó al servicio activo militar a todos los huelguistas
reservistas para, una vez incorporados a filas, obligarles al caso raro de
tener que hacer de esquiroles de si propios. Y de este modo hemos tenido
ocasión de anotar para la historia el hecho de que un Briand, el ayer jefe
socialista propagador de la huelga general, ha pretendido rendir a los
huelguistas con las penas bárbaras e inicuas del código de justicia militar.
¿Cómo era posible que el gobierno ni tan siquiera guardara neutralidad en
la contienda si se hacía el ensayo de una huelga de ferrocarriles, dato
pavoroso para la seguridad del mundo capitalista?. ¿Era cuerdo esperar que se
mantuviese verdaderamente neutral en una lucha de los trabajadores
ferrocarrileros (entre los cuales se cuentan guardabarreras que cobran, parece
increíble, cinco francos al mes) contra sus explotadores, en cuyo primer
término figuran los del Consejo de Administración de los Ferrocarriles del
Norte de Francia (la empresa que primero sufrió la huelga) que se llaman
Eduardo Rothschild, barón Gustavo Rothschild, barón Alfredo Rothschild, barón
Enrique Rothschild, barón Jaime Armando Rothschild, Lord Rothschild y el barón
Lambert, suegro de uno de los barones citados, siendo además esta familia dueña
de la Banca de Francia y de los Ferrocarriles del Este, París, Lyon,
Mediterráneo; de Cintura, de Madrid, Zaragoza, Alicante; del Sud de Austria; de
las minas de la Grand’Combe y de la de Peñarroya; de seguros sobre la vida, de
incendios, de máquinas y de otros muchos?. ¿Cabía ni suponer tan sólo que los
revolucionarios transportados (por oportunismos de la burguesía moderna que
tiene habilidad suma en aprovechar las ambiciones personales) a la condición de
gobernantes, no apoyarían al monstruo capitalista, que tiene poder absoluto
para devorarlos?
Pero no obstante las amenazas del gobierno, los trabajadores sindicados
contestaron al llamamiento a filas con la brava consigna, que fijaron impresa
por toda la capital, de «¡No obedezcamos la orden de movilización! ¡Viva la
huelga!». Y la cumplieron.
Debido a esa manera especialísima de entender la neutralidad en los
conflictos entre obreros y burgueses, se han visto ahora soldados
ferrocarrileros como en otras ocasiones se vieron soldados electricistas,
soldados impresores, soldados panaderos, soldados tranviarios, etc., y andando
los tiempos, conforme los asalariados vayan adquiriendo conciencia de clase y
luchen, quizás se vean también soldados modistos o vendedores de pastillas de
café con leche en los cinematógrafos y teatros.
La fuerza armada burguesa interviene siempre en estas luchas con carácter
nocivo para los obreros, aún cuando no pase al terreno del atropello, y para
dejar esto bien demostrado hemos escrito lo precedente. Debemos prepararnos,
pues, para estar a la defensiva en todos los casos, hacernos acopio de la
inteligencia, de voluntad y de organización para los ataques (que no podrán
acabar nunca, mientras no llegue el triunfo) dirigidos al corazón de la
sociedad capitalista.
Hasta hoy los obreros organizados acostumbraban a mirar con cierta
pasividad los atropellos que la fuerza armada burguesa cometía con las
sociedades en lucha, ya porque los unos consideraban, faltos de criterio, que
eran incidentes casi fortuitos, aislados, sin ninguna relación íntima con la
lucha entre el burgués y el obrero, ya porque los otros, los conscientes, al
observar la indiferencia de las masas obreras juzgaban casi imposible cualquier
acción seriamente enérgica. pero en este Congreso, que tal vez sea el origen de
una gran fuerza proletaria, bueno será que demos el paso inicial de afirmar una
nueva actitud para lo futuro.
Contra el atropello cometido a una Sociedad federada en lucha podría esta
ponencia recomendar muchas y excelentes armas, como por ejemplo acudir ante el
pueblo con el mitin, hojas, carteles, y números extraordinarios de nuestro
órgano en la prensa, emprender el boicotaje, el sabotaje (que tanto preocupa
hoy en día), la huelga del oficio afectado por el atropello y la huelga general
revolucionaria; todo esto podríamos recomendar, pero a la vez juzgamos que los
organismos obreros no deben incurrir en el error de los legisladores, que confeccionan
leyes y más leyes para quedar luego incumplidas, porque al chocar con la
realidad de la vida no responden en nada a las necesidades, a las palpitaciones
imperiosas de la misma.
Precisamente el tema de que venimos tratando es de una tal particularidad,
que para resolverlo debe de tenerse en cuenta un factor importantísimo: la
excitación de los trabajadores causada por el supuesto atropello. ¿Y cómo es
posible en cosas que interesan al sentimiento de un modo capital tomar
resoluciones de antemano?. ¿Acaso es factible predecir los grados de
indignación que causará un atropello, desconociendo los caracteres de crueldad
que haya revestido, si ha habido motivo provocador del mismo y otros detalles
de interés, para que sometamos a la deliberación del Congreso determinadas,
concretas, definidas y detalladas actitudes?
Pongamos dos breves ejemplos prácticos, retratados de la vida real, en
apoyo de nuestro parecer. Cuando un agente autoritario al tratar de cachear a
un obrero huelguista e indicarle éste que debe ponerse los guantes para
efectuarlo, le contesta a bofetadas, es evidente que comete un atropello;
igualmente se comete un atropello cuando, ha ocurrido en diferentes países,
masas de obreros van en manifestación por las calles, contra aventuras del gobierno
que se juzgan de ruina y muerte para el pueblo y aparece repentinamente un
nutrido grupo de agentes autoritarios que, sin previo aviso dispara contra la
masa, cayendo hombres, mujeres y hasta niños (estos sublimes inocentes que los
legisladores no se han atrevido a llevarlos al cadalso) vilmente asesinados por
las balas burguesas.
Los dos casos constituyen un atropello, es muy cierto; pero es tan grande
su diferencia que también deberían ser grandemente diferentes los acuerdos que
respecto a los mismos pudieran tomarse.
Esta ponencia cree, por consiguiente, que la Federación, ante el atropello
cometido con alguna sociedad en lucha, debe abandonar la actitud casi
tradicional en las sociedades obreras, de pasividad y de lamentos estériles
para las víctimas, trocándola por una acción decidida cuya especificación de
detalles y potencia de desarrollo lo determinarán inflexiblemente las
circunstancias que concurran en los acontecimientos.
En resumen; afirma esta asamblea, si a bien lo tiene que, en el futuro, los
gobernantes que atropellen por medio de su fuerza armada a alguna de las
hermanas federadas, se encontrarán, no con las lágrimas , sino con la actuación
resuelta de esta Federación; y, además que se cree ocioso definir actitudes
venideras, por lo que deja el camino bien expedito para llegar a los más
grandes y vivísimos caracteres de energía en la protesta, según fuese la
magnitud del atropello.
Se aprueba la siguiente proposición incidental:
Proponemos a la asamblea que no sólo apruebe la conclusión leída sino que
como primer acto de propaganda de la Federación Nacional se haga una gran
tirada del dictamen y se reparta en toda España.
OTRAS PROPOSICIONES ACORDADAS
TRABAJO DE LA MUJERLa ponencia entiende que dada la constitución física de
la mujer, este Congreso debe considerar como inhumano el trabajo que ésta
efectúa, ya sea en la carga y descarga y en otros trabajos cuyo esfuerzo es
superior a su constitución. Nosotros consideramos que lo que ha de constituir
precisamente la redención moral de la mujer -hoy supeditada a la tutela del
marido- es el trabajo que ha de elevar su condición de mujer al nivel del
hombre, único modo de afirmar su independencia.
Además, hemos de considerar que la disminución de horas de trabajo de
muchos de nosotros la debemos indirectamente al penoso trabajo de las mujeres
en las fábricas; mientras tanto que muchos de nosotros permitimos que nuestras
compañeras se levanten de la cama antes de las cinco de la mañana y nosotros
permanezcamos descansando. y cuando la mujer acaba de derramar su sangre por
espacio de doce horas, para mantener los vicios de un explotador, llega a su
casa y en lugar de un descanso se encuentra con un nuevo burgués -compañero-
que con la mayor tranquilidad espera que haga los quehaceres domésticos.
Por consiguiente, como conclusiones la ponencia expone al Congreso:
1º Abolición de todo trabajo que sea superior a sus fuerzas físicas.
2º Entendiendo que para lograr su independencia la mujer necesita del
trabajo y por consiguiente éste es penoso y mal retribuido. Proponemos:
1º Que el salario responda a su trabajo con idéntica proporción al del
hombre.
2º Que sea deber de las entidades que integran la Confederación Nacional
del Trabajo Española, se comprometan a hacer una activa campaña para asociar a
las mujeres y para disminuir las horas de labor.
3º Esta ponencia determina que no debe permitirse bajo ningún concepto que
trabaje un mes antes de su parto y hasta un mes después de haber dado a luz.
REGLAMENTO PROVISIONAL
Que, tras su lectura fue aprobado y acordaron apareciera en el periódico
«SOLIDARIDAD OBRERA».
La ponencia acepta lo propuesto por Lostau: «el compañero Lostau, delegado
de los Cerrajeros de obras, de Barcelona, impugna el reglamento de la
Federación, opinando que ésta ha de ser titulada Confederación».
FORMA DE ORGANIZAR A LOS AGRICULTORES
Esta ponencia reconoce que como medio para organizar a los obreros
agrícolas debe llevarse cuanto antes a la práctica el acuerdo relacionado con
la forma de reorganizar y asociar a los obreros dispersos. Al mismo tiempo
recomienda a los congresistas como medio eficaz para cooperar a la unión de los
agricultores, se ponga en práctica por los oficios afines a éstos el boicot
contra todos aquellos patronos que tengan jornaleros no asociados.
CONCURRENCIA DE DOS SOCIEDADES DEL MISMO OFICIO EN MISMA LOCALIDAD DENTRO
DE LA FEDERACIÓN
La Ponencia Revisora de Credenciales del Segundo Congreso de Solidaridad
Obrera, tiene a bien presentar el siguiente dictamen con relación a los de las
Sociedades de Obreros Tipógrafos y Obreros Mecánicos. Cumpliendo el acuerdo del
primer Congreso Regional de Solidaridad Obrera, que dice: «que a partir de la
fecha del acuerdo no puede la Confederación Regional reconocer personalidad a
ninguna entidad de las que se formen habiendo ya otras del mismo oficio»,
teniendo en cuenta que en las dos Sociedades objeto del presente dictamen
concurre esta circunstancia y considerando, por último, que no hay motivos para
rectificar dicho acuerdo, procede la no admisión en el presente Congreso de dichas
entidades
Se da lectura al acuerdo recaído en este mismo asunto en el Congreso
anterior. Castillo dice no se cumple el acuerdo del anterior Congreso de que no
pueden existir dentro de la Federación dos entidades del mismo oficio de una
localidad. El delegado de los sombreros fullistas manifiesta que puesto que el
acuerdo del anterior Congreso dice que dentro de la federación se dará
preferencia siempre que existan dos sociedades del mismo oficio a la que sea su
norma de conducta más afín a la táctica que sigue Solidaridad, no cabe
discusión, siendo el Consejo quien estudie este asunto.
BOICOT AL PERIÓDICO «EL DILUVIO»
Se presenta una proposición del compañero Salud pidiendo se declare el
boicot a «El Diluvio» por su labor realizada contra los obreros, dándose
lectura a un artículo del mismo, aprobándose el boicot con un voto en contra.
PROTESTA POR EL ALARDE DE FUERZAS DESPLEGADO POR LA AUTORIDAD CON MOTIVO DE
LA CELEBRACIÓN DEL PRESENTE CONGRESO
Siendo aprobada por unanimidad.
SOLIDARIDAD CON LOS COMPAÑEROS DE SABADELL
Se da lectura a un telegrama recibido de Sabadell pidiendo la declaración
de la huelga general revolucionaria como solidaridad a la que ellos sostienen
según el acuerdo tomado anteriormente.
Se aprueba otra proposición declarando las simpatías con que ve el Congreso
la lucha sostenida por los compañeros de Sabadell, por la energía y decisión
con que sostienen sus derechos contra sus explotadores.
SANIDAD
Lectura de una proposición declarando haber visto con satisfacción la nueva
orientación dada por el doctor Queraltó y el Congreso Internacional Sobre la
Tuberculosis, dando preferencia para curar la tuberculosis a la acción social
sobre la terapéutica.
ESPERANTO
Proposición para que se adopte y recomiende a los sindicatos el estudio del
Esperanto.
SIMPATÍA HACIA FERROVIARIOS FRANCESES
Manifestando su simpatía hacia los ferroviarios franceses y condenando la
conducta adoptada por el gobierno francés con ocasión de la última huelga de
dichos compañeros.
LABOR DE SOLIDARIDAD OBRERA
Viendo con satisfacción la labor realizada por Solidaridad Obrera, y muy
principalmente desde el anterior Congreso.
HUELGA DE BARCELONA Y SABADELL
Aprobando las gestiones de las comisiones de huelga de Barcelona y
Sabadell.
COMISIÓN PRO-PRESOS
El compañero Herreros da lectura de una carta de los presos por los sucesos
de julio, lamentándose del abandono en que se encuentran y pidiendo que
Solidaridad Obrera nombre una comisión pro-presos, compuesta exclusivamente de
obreros, pues no le merece confianza la nombrada actualmente en sustitución de
la obrera, y de la que forman parte el delator Bonet; al mismo tiempo recuerda
el compromiso de los diputados que hicieron uso de la palabra en el mitin de la
plaza de Armas del Parque, en el cual se comprometieron a hacer obstrucción a
los presupuestos de no concederse la amnistía; mas en vista de no haber
realizado esa labor debe de nuevo encargarse de ella la Federación, así como
nombrar otras comisiones en las demás provincias, nombramiento que deben llevar
a efecto dos Comités locales pertenecientes a la Federación Nacional, lo que es
aprobado por unanimidad.
PROTESTA POR LOS ATROPELLOS COMETIDOS POR EL GOBIERNO Y LA BURGUESÍA DE LA
REPÚBLICA ARGENTINA
Al quedar constituida Solidaridad Obrera en Confederación Nacional del Trabajo,
acuerda manifestar en la prensa obrera mundial la indignación con que ha visto
las medidas inicuas, legales y extralegales, que el Gobierno de la República
Argentina ha empleado en contra de los trabajadores y su organización, por lo
que recomienda a las sociedades adheridas hagan una intensa propaganda de
protesta cada vez que se repitan hechos parecidos afirmando al mismo tiempo su
absoluta convicción de que, a pesar de las violencias de todos los gobiernos,
no podrá haber paz en la tierra hasta que los trabajadores ayudados por los
grandes cerebros videntes del porvenir, tengamos la suficiente fuerza para
aniquilar a la desigualdad económica y a todos sus defensores.
CUOTA
Sobre la cuota que deben pagar las Secciones, se acuerda que lo marque el Comité
para el próximo Congreso, y mientras tanto se continué pagando lo que
actualmente pagan las Secciones. Ávila pregunta si las Federaciones que
sostienen el periódico han de pagar también tres céntimos por cada uno de sus
federados. Después de hacer uso de la palabra varios compañeros se acuerda no
abonen más que dos céntimos.
LUGAR DE RESIDENCIA DEL COMITÉ CENTRAL
Se acuerda por unanimidad que sea en Barcelona hasta el próximo Congreso.
Se acuerda para el próximo Congreso, en primer término, la proposición de los
compañeros albañiles, que dice «¿Qué responsabilidad cabe al trabajador en su
trabajo?»
SOLIDARIDAD CON LOS HUELGUISTAS DE SABADELL
Proponemos al Congreso acuerde como medida de solidaridad a los huelguistas
sabadellenses que todos los delegados presentes lleven al ánimo de sus
respectivas entidades el deber ineludible que tienen de cumplir los acuerdos de
las asambleas de delegados de Solidaridad Obrera de Barcelona, de auxiliar
materialmente a los huelguistas.
Que si el próximo viernes no se ha solucionado la huelga, cumplan los
huelguistas el acuerdo de abandonar en masa la población de Sabadell. Y que si
con motivo de este último acuerdo las fuerzas burguesas atropellasen a estos
compañeros, el Comité de la Confederación de Barcelona dé cumplimiento al
acuerdo tomado en la sesión de anoche y que se refiere a este caso concreto.
CNT – AIT Puerto Real
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