CONSTRUYENDO LA MEMORIA
A Pedro Alarcón anarquista asesinado
y desaparecido en 1936.
Pedro
fue un campesino asalariado
De
piel cuarteada y encalladas manos
Quien
tras la yunta surca sueños vanos
Porque
de otros la tierra y el arado.
Sin
futuro sin vida mancillado
Con
sus ojos veraces y cercanos
No
encuentra la conciencia en sus paisanos
Y
su puño se aprieta exasperado.
El dio un
grito de lucha y de esperanza
Por la
igualdad y el derecho a la tierra
No admite la
infamia que el mal encierra
Y en su justo
mirar su estrella alcanza.
Presa su hija
y la vida envenenada
Un disparo
brotó en la madrugada
Y en su pecho
la sangre reclamada
Embozando la
muerte su celada.
Su
madre ya sentía desconsolada
Por
la ausencia de amor a la alborada
Que
es muerta la certeza y la mirada
De
sus hijos sus nietos y su amada.
Solo
queda el recuerdo entre nosotros
Y
aquí estamos serenos unos pocos
Aventando
de la hoguera el rescoldo
Que
de lumbre y certeza, a lo más hondo.
Puede que
desde un bosque nebuloso
Nos rueguen
que no guardemos silencio
Que aunque
sean nubes o sencillo musgo
Sus corazones
laten en nosotros.
Se hace pues
imperioso lo evidente
Que no
alcanzan las placas y homenajes
Sí el marchar
por el mundo sin ambages
Que dé vida al
soñar y a la simiente.
Pepe Gómez
CNT – AIT Puerto Real
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